El colágeno, principal fibra de sostén de la piel, disminuye su producción. Como consecuencia, el tejido de soporte de la piel y la cohesión entre la dermis y epidermis se debilita, la piel pierde su tolicidad y firmeza. Se forman depresiones en la superficie de la piel: las arrugas, signos visibles del envejecimiento cutáneo y que principalmente, aparecen en el rostro. Hay dos categorías:
Líneas de expresión, son aquellas arrugas relacionadas con los gestos, se localizan principalmente en la frente, entre las cejas, en los pliegues nasolabiales y en los bordes de la boca.
Arrugas profundas, relacionadas con: la pérdida de fimreza de la piel y la pérdida de la tonicidad. Estos cambios producen alteraciones en la fisonomía del rostro, principalmente visible en la zona de las mandíbulas y la aparición del doble mentón, así como la formación de bolsas debajo de los ojos